"Lo primero que escuché fue el corazón de mi madre. Eso y el sonido del viento entre las hojas de la morera (la morera está plantada justo en frente de nuestro jardín y por ahora es un árbol pequeño). En ese primer recuerdo debo haber tenido una semana de vida. Mi hermano dice que es imposible, que los primeros recuerdos que las personas guardan son de los tres o cuatro años. Tengo un oído y una memoria privilegiada, le digo. Debe ser que te lo inventas todo, me responde. Vivo en una ciudad que se llama Temuco”. En este libro, traducido al italiano por Marta Rota, la autora cuenta, con el humor y la poesía que la caracterizan, su infancia en el sur de Chile.
Italia, Topipittori, 2019.